Un año después de lanzar el primer iMac con pantalla Retina, Apple democratiza los píxeles en toda la gama: llega el iMac de 21,5 pulgadas con panel 4K. La ultra alta definición avanza mucho más rápido de lo que muchos habríamos apostado; los móviles ya graban vídeo en 4K y servicios como Netflix o YouTube se han adaptado a las nuevas resoluciones. ¿Vale la pena dar salto con el nuevo All in One de Apple? Lo vemos.
¿Qué es?
Es el primer iMac de 21,5 pulgadas con pantalla Retina. Tiene 9,4 millones de píxeles, cuatro veces los del modelo anterior. “Retina” es la marca de Apple para pantallas de alta densidad, que han venido desarrollando desde el iPhone 4. La resolución del nuevo iMac ha pasado de Full HD a Full 4K. También trae consigo los nuevos periféricos de la casa: Magic Keyboard, Magic Mouse 2 y Magic Trackpad 2 (la opción por defecto es teclado + ratón, pero pagando un poco más se puede pedir con teclado + trackpad o con teclado + ratón + trackpad).
Estos son los precios oficiales:
- En EEUU: 1.499 dólares
- En España: 1.729 euros
- En México: 30.999 pesos
¿Por qué importa?
El iMac es uno de los ordenadores más reconocibles del mercado de sobremesa y, probablemente, la razón de ser de la categoría All in One. Los PCs de escritorio evolucionaron para ser modulares y ampliables, pero Apple sigue yendo en la dirección contraria. En este último modelo ni siquiera podemos cambiar la RAM, que viene soldada a la placa.
Sponsored: Así que tenemos un dispositivo impresionante, con una caja de aluminio unibody y sólo 5 milímetros de grosor en los bordes, cuyas prestaciones permanecerán invariables hasta que se vuelvan insuficientes y necesitemos un nuevo ordenador. Entonces, ¿cómo se justifica el precio? Esta vez es más fácil: Apple le ha puesto una pantalla 4K excepcional, de colores muy precisos. Es un panel difícil de encontrar a este precio, aunque venga pegado a un ordenador.
La pantalla:
Al cierre de 2015, sólo quedan dos dispositivos de Apple sin pantalla Retina: el MacBook Air y los modelos más baratos del iMac de 21,5 pulgadas. Para el cierre 2016, lo más probable es que no quede ninguno. A pesar del retraso y de que únicamente esté disponible con la configuración más cara, la pantalla Retina es más que bienvenida en el iMac pequeño.
Da igual que estemos acostumbrados a los píxeles diminutos de los móviles, verlo en grande cobra otro sentido. Lo más evidente es la nitidez que adquiere el texto: la letra pequeña es más legible. En realidad todo se ve más definido: los elementos de la interfaz, el fondo de pantalla... A Retina le encontré una utilidad práctica editando fotos: se pueden apreciar pequeños detalles sin necesidad de hacer zoom.
Puede que ni siquiera te des cuenta (el aumento de resolución es un cambio natural), pero no te engañes: basta con un sencillo ejercicio práctico para notar la diferencia. Pasa unas horas con el nuevo iMac y después vuelve a tu viejo monitor. ¡Píxeles como puños! Es casi traumático.
Como pasa en el resto de Macs, el sistema operativo no utiliza la resolución nativa sino que la escala a una más práctica (si no lo hiciera, todo se vería diminuto). Tenemos 2048 x 1152 por defecto, y podemos ajustarla hasta los 1440p, que es la que usa el iMac de 27 pulgadas. Habrá quien prefiera que quepan más ventanas en la pantalla; yo me sentí bastante cómodo con la que viene preestablecida.
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