Samsung ha entrado de lleno en nuestros smartphones, tablets, televisores, electrodomésticos... Le falta un gran bastión que cada día tiene más de tecnología: el coche.
Cada empresa destila una esencia. La empresa perfeccionista, la mediocre, la opaca, la transgresora, la copycat, la innovadora... Samsung, entre otras esencias, destila la omnipresencia. Pese a que todavía es una empresa familiar, es uno de los mayores imperios mundiales que va muchísimo más allá de la electrónica de consumo. De hecho, la envergadura real de Samsung es conocida por pocos dado su tamaño. Dentro de cada segmento, también es frecuente que Samsung abarque cada hueco posible. Por ello se le reconoce en la telefonía móvil, en las tablets, en las cámaras digitales o en los televisores.
¿Tizen?
En el último año y medio nos hemos cansado de repetir que Tizen no es un futuro sistema operativo para smartphones (dejando de lado el hecho de que ya está presente comercialmente en varios países), sino que es la plataforma con la que Samsung quiere conectar todos sus productos, y ahí entran smartphones y tablets, pero también relojes (donde ya está más asentado), cámaras de fotos, televisores, electrodomésticos, y por qué no, coches.
Tizen podría ser ese punto de conexión. Por un lado, se entendería perfectamente con los relojes Gear, y los Galaxy, que pese a utilizar Android vienen personalizados por Samsung.
La mezcla de un software propio como Tizen y componentes fabricados por la propia Samsung le daría ventaja respecto a prácticamente todos los demás. En teoría.
No obstante, Samsung tiene otra ventaja: sus monstruosas fábricas y su casi infinito poder de producción. Que el software y el hardware deben entenderse a la perfección y si es posible venir de la mano de un mismo fabricante es una idea que se ha ido consolidando en los últimos años. Es lo que lleva haciendo Apple desde hace décadas, es lo que Microsoft está empezando a acostumbrar con sus Surface, Lumia, Xbox y compañía, con Windows 10 como nexo, y en cierta forma es una tendencia que Samsung viene queriendo implementar con el desarrollo, lento pero ininterrumpido, de Tizen. Ese mismo software que puede acompañar con todo tipo de chips y componentes.
Y sobre todo, a Samsung le vendría especialmente bien una nueva fuente de ingresos con millones de clientes potenciales para oxigenar sus cuentas, que han visto cómo sus beneficios han ido a menos en los últimos años. "Problema", por otro lado, que casi todo hijo de vecino en el sector mobile (LG, HTC, Sony) firmaría con su propia sangre y la de su primogénito.
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