De un tiempo a esta parte, los televisores inteligentes se han introducido en nuestros domicilios. Este tipo de televisores nos permiten contactarnos a internet y disfrutar del contenido que ofrecen diferentes servicios como YouTube o disfrutar de contenido vía streaming, en algunos casos de pago. Actualmente en el mercado podemos encontrar diferentes sistemas operativos como webOS, Android y Tizen. Pero Windows con su última versión del sistema operativo, quiere llegar a todos los dispositivos posibles.
Videocon es la primera firma que apuesta por instalar Windows 10 en sus televisores para intentar competir con los sistemas operativos existentes en la actualidad. Está claro que Windows quiere extender sus tentáculos a cualquier dispositivo con conexión a internet. Al estar gestionado por la última versión de Windows, en teoría nos permitiría instalar cualquier aplicación que esté disponible en la Windows App Store.
La nueva gama de televisores de Videocon con Windows 10, nos ofrecerá una resolución 1080 p, pantallas de 32 y 40 pulgadas, 2 GB de memoria RAM y 16 GB de almacenamiento interno que podremos ampliar utilizando la ranura microSD que integra el dispositivo. En cuanto a las conexiones, además de la típica RJ 45 para conectar un cable de red directamente al televisor para tratar de evitar cualquier perdida de velocidad cuando se realiza a través de redes inalámbricas, también disponemos de varias conexiones HDMI y por supuesto WiFi.
En futuras actualizaciones de Windows 10 para estos televisores inteligentes, Microsoft asegura que podremos instalar cualquier aplicaciones y juegos. De hecho vendrá preinstalado con el omnipresente Microsoft Office. De momento los dos primeros modelos que saldrán a la venta son los de 32 y 40 pulgadas pero ya están trabajando en dispositivo con más conexiones y pantallas más grandes. Menos mal que desde hace un par de versiones de Windows, la dichosa pantalla azul tan conocida de Windows dejó de aparecer, por que si nos pasa cuando estamos viendo el final de nuestra serie o película favorita puede darnos algo más que un ataque al corazón.
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